miércoles, 26 de febrero de 2014

PALABRAS DE LA DIRECTORA ACADÉMICA AL I CONSEJO DE PROFESORES

Ser docentes es un desafío cada vez mayor en esta época en que es mucho el bombardeo sobre los principios morales o en donde tantas familias padecen los problemas que agobian a nuestra sociedad.
Por eso hay que educar para la vida. Los seres humanos no se juegan el futuro en los conocimientos ni en las destrezas técnicas, sino en los comportamientos. La ciencia y la técnica son nada sin la ética. La persona necesita encontrar el sentido de lo que vive, la finalidad de lo que pasa en sí mismo y a su alrededor.
Necesita razones o argumentos para actuar en cualquier situación. Descubrir todo esto es descubrir la vida. Enseñar a discernir el sentido de las cosas es educar para la vida. En la medida en que la escuela lo consiga, ayudará a los alumnos a construir su propia felicidad.
Para comenzar el año 2014, el Papa Francisco nos dice que no hay paz si no Tenemos conciencia de que somos hermanos.
"El corazón de todo hombre y de toda mujer alberga en su interior el deseo de una vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y querer.
La fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. La viva conciencia de este carácter relacional nos lleva a ver y a tratar a cada persona como una verdadera hermana y un verdadero hermano; sin ella, es imposible la construcción de una sociedad justa, de una paz estable y duradera".
"Las éticas contemporáneas no son capaces de generar vínculos auténticos de fraternidad, ya que una fraternidad privada de la referencia a un Padre común, como fundamento último, no logra subsistir. Una verdadera fraternidad entre los hombres supone y requiere una paternidad trascendente. A partir del reconocimiento de esta paternidad, se consolida la fraternidad entre los hombres, es decir, ese hacerse "prójimo" que se preocupa por el otro". (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2014)
Ciertamente hemos decidido en el Concejo General celebrado en septiembre continuar con el mismo PEIC del año escolar pasado en vista de que consideramos que los objetivos planteados no se han cumplido, porque esto de los valores es un tema transversal.
Muchos profesores/as se confiesan abrumados ante los Temas Transversales. Los consideran como algo teóricamente muy bueno, pero excesivo para la escuela. Es preciso desmitificar las cosas. Porque se trata de algo asequible a sus posibilidades, que no les va a exigir tiempos ni esfuerzos añadidos, algo a realizar fundamentalmente desde el currículo escolar, en el trabajo ordinario de todos los días. Además es algo que merece la pena. Porque se trata de enseñanzas vitales para las personas y la sociedad.
El éxito de la vida radica en la consecución de la armonía consigo mismo, con los demás y con su medio ambiente. Vivimos, además, en una época bastante conflictiva, violenta, intolerante, injusta e inestable, con frecuentes y graves problemas de convivencia. La situación actual reclama una actuación escolar en este punto.
Retomando el lema utilizado en la celebración de las Bodas de Oro de nuestra institución recordemos que decíamos “juntos hacemos el camino” pero hoy es necesario reflexionar que para construir un camino hay que moverse entre dos puntos: el punto de partida y la meta a la que se quiere llegar. Antes de diseñar el trayecto, es preciso hacerse dos preguntas elementales:
“¿dónde estamos?” y “¿a dónde queremos ir?”. No vamos a cambiar el mundo, pero podemos mejorarlo.
Aquí vale aquello del granito de arena y del hombro con hombro. La ilusión y el esfuerzo de todos, de muchos o de algunos nos llevarán a construir una sociedad, en la que sea posible y más agradable vivir juntos.
“Hay que combatir la violencia visible y manifiesta en los espectáculos actuales: cine, televisión,  comics, web... Combatirlos quiere decir, sobre todo, criticarlos, contribuir a crear una opinión contraria a determinadas diversiones”. Combatir la violencia es estar más pendiente de nuestros jóvenes en la hora de receso, y en la hora de salida; pues es allí donde nuestra presencia puede ser un aliciente para el que teme salir del aula por temor  a ser burlado por ser o pensar diferente, es allí donde  la intervención de un educador es pieza clave de orientación en actitudes y posturas que necesitan de una amable  corrección.  
            La convivencia se aprende: Nadie nace sabiendo vivir con los demás. Tiene que aprender. El ambiente de la sociedad provoca, con demasiada frecuencia, conflictos en las relaciones de las personas. Por eso, la convivencia no puede dejarse al desarrollo espontáneo de la construcción de la personalidad ni a la  casualidad de los acontecimientos. Es necesario ayudar al niño o joven a aprender a relacionarse, a vivir con los demás. La convivencia debe ser una de las principales empresas de la educación actual.
            Que hermosa fue la experiencia recreacional y  compartir del  día martes, todos juntos como debe ser, más integrados nos conocemos más y al conocernos más nos amamos de tal manera que el descubrimiento del otro es algo previo a la convivencia y al establecimiento de buenas relaciones, sólo así seremos capaz de comprender la necesidad de relacionarse en nuestros educandos, valorar su dignidad humana y establecer relaciones positivas con ello.

            Ciertamente hay mucho que corregir, porque la convivencia humana aparece ordinariamente jalonada de conflictos. Estos surgen por la diversidad e incompatibilidad de gustos, intereses, valores o aspiraciones entre personas o grupos de personas, y dónde somos una familia grande surgen desavenencias. Pero es precisamente con educación que seremos  capaces  de afrontar correctamente los conflictos que vamos  encontrando y alabo a Dios por el equipo de educadores que tenemos. Agradecida  y con la confianza en el dueño de la obra les invito a seguir dando como siempre “Lo Mejor para Dios”.

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