jueves, 2 de agosto de 2012

ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA

ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA
¿Qué podemos decir, teológicamente, sobre la creación?
            Cuando se piensa en la doctrina cristiana de la creación, el pensamiento se dirige casi automáticamente al primer capítulo del Génesis, que es también la primera página de la Biblia: el, majestuoso relato-poema que nos narra los orígenes de la realidad creada. La Biblia no se refiere, ni primaria ni exclusivamente, a la pregunta por el origen del mundo y de los seres  que lo habitan. La idea bíblica de “creación”, se expresa con el verbo bara, que denota no sólo la acción de dar principio a la realidad, sino también la acción restauradora (re-creadora) y consumadora de esa realidad. Con otras palabras: Dios crea cuando llama a los seres que no son para que sean, cuando sostiene a las criaturas en la existencia y elige a un grupo humano para que se convierta en su pueblo y rehace la creación degradada por el pecado y conduce esa creación redimida a la plenitud de ser y de sentido que es la salvación.
            Es precisamente este rasgo lo que se subraya en Sb 11,24-26: “amas a todos los seres..., Señor que amas la vida”. La idea de creación implica, pues, una relación de dependencia absoluta de la criatura respecto del creador.
            El Nuevo Testamento aporta a la doctrina bíblica de la creación la inserción en ella del hecho-Cristo, pero sin modificar: la perspectiva: lo mismo que la fe en Dios creador se explicitó en el Antiguo Testamento merced a una reflexión sobre el Dios salvador, de forma análoga el Nuevo Testamento reconocerá a Cristo una función creadora como extrapolación de su función salvadora. Así pues, también aquí la idea de creación está teológicamente subordinada a la de salvación.
            El primer artículo del Credo confiesa a Dios como «Padre todopoderoso» y «creador del cielo y de la tierra» la creación es vista sobre todo, como expresión del amor gratuito: benevolente, del creador, y no como alarde exhibicionista de su poder. Se ha visto ya en la primera afirmación del credo cristiano; es, pues, un misterio de fe.
            Por consiguiente, el valor y la dignidad del ser creado son tales que el mismo creador puede devenir criatura. En verdad, ninguna cosmovisión, ningún lógos filosófico o religioso ha fijado nunca tan alta cotización a lo mundano.

Los relatos de la creación del mundo en el Génesis.
            Dicho cuanto antecede, no extrañará que sólo en una época relativamente tardía aparezca en  la Biblia una reflexión explícita sobre la Idea de creación, y que ésta haya sido precedida por la idea teológica y cronológicamente prioritaria de alianza. Antes de confesar que DIOS había creado el mundo de la nada, Israel reconoció que Dios se había creado un pueblo de la nada es decir, está ya la  fe en la creación en la literatura bíblica del A. T. La doctrina neotestamentaria de la creación, en suma, más que responder a la cuestión de los orígenes, es una toma de postura sobre la cuestión del fundamento y del sentido último de la entera realidad mundana.
            En consecuencia, creado por Dios en la justicia, el hombre, por instigación  del demonio, en el mismo comienzo de la historia, abusó de su libertad, levantándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su propio fin al margen de Dios. El hombre, cuando examina su corazón comprueba su inclinación al mal y se siente anegado por múltiples males, que no pueden provenir de su creador bueno es por ello, que al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin último, y también toda su ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las relaciones con los demás y con el resto de la creación. Pero el mismo Señor vino para liberar y vigorizar al hombre renovándole interiormente y expulsando al príncipe de este mundo, que lo retenía en la esclavitud del pecado.
Reflexión teológica sobre la creación.
            El primer artículo del Credo confiesa a Dios  como “Padre todopoderoso” y “creador del cielo y de la tierra”.
            El hombre ha sido creado en el suelo estepario: es Adán de la adamah. Pero Dios parece querer para él una situación mejor, que la inherente a su status nativo; a tal fin, le prepara, un jardín y lo introduce en él. Varios de los elementos que componen la imagen del paraíso reclaman  nuestra atención, y nos ayudan a descifrar lo que con ella quiere simbolizarse.
            Estamos ante una simple parábola de la condición humana Gn 2-3 sería un relato de carácter meramente simbólico; que  se ha propuesto esclarecer la presente situación humana con una reflexión sapiencial sobre el pasado; el relato tiene carácter etiológico.
            Ciertamente el relato, no describe sólo lo que es inevitable en la existencia humana, sino que narra además la entrada de un elemento nuevo en esta existencia, que la ha cambiado en cierto modo ... El autor inspirado quiere explicar con esta narración el origen de los males que hoy oprimen al hombre.
            El autor quiere afirmar que la experiencia del mal en la humanidad ha tenido un comienzo absoluto...; la prueba de la libertad y el pecado subsiguiente han sido el primer evento, determinante para todos los demás eventos.