La niña Teresa Titos
En enero vino al
mundo
Trayendo un amor profundo
Y un corazón bendito
Granada soltó un
grito
Un grito de
complacencia
Sin saber que ella
una herencia
En el tiempo dejaría
Por ser mujer de
alegría
Dedicada a la
docencia.
II
Con un alma
espiritual
En un sentido
profundo
Amaba al Rey de este
mundo
Con un amor especial
Con entusiasmo real
Ingresa en el
Beatario
Sin tener fecha ni
horario
Para servirle al
Señor
Fue su deleite mayor
Rezar el Santo
Rosario
III
Fundó una
congregación
Llamada Santo
Domingo
Sirvió a todos sin
distingo
Mujer de fe y de
oración
Por los pobres gran
pasión
En su alma ella
sentía
En sus palabras
decía
Y sin temblarle la
voz
Pues del bolsillo de
Dios
Es que un cristiano
confía
IV
Fue Jesús
sacramentado
Santo Domingo y
María
Los amores que tenía
Y sus más grandes
aliados
Dejó como había
soñado
Su huella en la
humanidad
Y con sincera
humildad
Ella le dijo a unos
cuantos
¡Oye si no somos
santos
Somos locos de
verdad!
Autora: María Antonietta Rodriguez Pérez
te amo
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