jueves, 6 de agosto de 2015

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN 08 de agosto





 PREPARANDO LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Monición de entrada :
Hoy evocamos la memoria de santo Domingo de Guzmán, quien, consciente de los problemas de la Iglesia de su tiempo, fundó la orden de predicadores, los dominicos, con la cual la Iglesia se ha visto enriquecida con comunidades de hombres y mujeres entregados al estudio y a la contemplación, a la defensa de la fe y al anuncio misionero de la Palabra de Dios. Pero sin duda, la Iglesia le agradece ese gran regalo que le ha dado al fundar esa oración sencilla que día tras día los fieles venimos rezando sin cesar, que es el santo Rosario, por medio del cual, tantas gracias se han conseguido por intercesión de Santa María. Nosotros también estamos llamados, como Santo Domingo de Guzmán, a la santidad de vida; sin embargo, fallamos a menudo en nuestro camino hacia ella. Fray Constantino de Orvieto hace esta semblanza espiritual de Santo Domingo:
"El venerable Padre y hombre de Dios era de tanta honestidad de costumbres, y tan fervoroso en todo lo que hacía, que nadie que observara detenidamente su vida podía poner en duda que era un vaso de honor y de gracia... En todo demostraba una valiente ecuanimidad, excepto cuando era más fuerte la compasión y la misericordia. Y puesto que un corazón alegre se resalta en el rostro, en su bondad externa, así proyectaba su belleza interior. Y a pesar de que su rostro estaba siempre alumbrado por la claridad de su sonrisa demostrando una conciencia limpia, la luz de su semblante nunca quedaba baldía. Esta cualidad seducía a todos de tal manera que, sin ninguna dificultad, los conquistaba y nada más mirarlo le querían. A la hora de las resoluciones estaba tan atento creyendo siempre que era Dios quien decidía, que apenas una sola vez o nunca rectificó una palabra pronunciada con justa deliberación.
. Nuestra vida dominicana debe ser un fiel reflejo de cómo era N.P.Santo Domingo de Guzmán. Participemos con fe de la Santa Misa.
Monición de OfRENDA:
Donde quiera que se encontrase Santo Domingo, bien de camino con sus compañeros, bien en la posada... bien con gente importante..., de sus labios brotaban siempre palabras edificantes acompañadas de muchos ejemplos con los que persuadía, a quien le escuchaba, para amar a Cristo y despreciar lo mundano.
El día lo consagraba al prójimo, y la noche a Dios, pues sabía que el Señor desea el día para la misericordia y la noche para la alabanza...
Ofrezcamos al Señor  nuestras vidas  para que la llamada del Señor resuene profundamente en nuestro espíritu y nos disponga a una conversión sincera y nuestra ofrenda sea agradable ante sus ojos.

MONICION DE COMUNION
Ha llegado el momento de recibir al Señor. Que a ejemplo de Domingo de Guzmán cuyo corazón no excluía a nadie; y por amar era amado haciendo suyo el reír con los alegres y el llorar con los tristes, nos anime a dar gloria a Aquel que adorna a sus elegidos con virtudes llenas de mérito y, cuando quiere y como quiere, a todos los que le siguen. Recibamos al Maestro hecho Pan de Vida.

Monición de salida
  El que fue Maestro de la Orden, P. Vicente de Couesnongle, cuenta que hablando con un laico le preguntó quién era para él Santo Domingo. La respuesta, un poco embarazosa, fue: "no sabría,... no lo he encontrado jamás". Ante la insistencia le prometió que pensaría en la pregunta y que le respondería por escrito.
Efectivamente algunos meses después en una carta le decía: "No sé qué decir... La única cosa que sé es, que a Santo Domingo, lo he encontrado en tal dominico (y en tal dominica)".
Se trata de una respuesta muy interesante para cada uno de nosotros. Debemos "encarnar" a Santo Domingo hoy, darle un rostro, como el famoso Santo Domingo de Matisse que tiene el rostro en blanco, y nosotros, con nuestra vida de cada día, debemos darle nuestro rostro.

 ORACION DE LOS FIELES (PETICIONES)


  1. Por los pastores de la Iglesia; para que sepan reunir en torno al Señor a toda la familia de los hijos de Dios y la sirvan humildemente con la palabra y el ejemplo. Roguemos al Señor.

  1. Por las vocaciones sacerdotales y religiosas; para que no falten en nuestra Arquidiócesis quienes con generosidad sigan a Dios y gasten su vida con el solo fin de que Cristo sea anunciado, conocido y amado. Roguemos al Señor.


  1. Por los responsables de las naciones y de los organismos internacionales; para que busquen con conciencia recta lo que favorece más el progreso y no se dejen dominar por el afán del dinero y el poder. Roguemos al Señor.

  1. Por todos los hermanos dominicos: Sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes y niños misioneros que consagran su tiempo a hablar a Dios de los hombres y a los hombres de Dios; para que en cada uno de ellos sepan reconocer la presencia y el rostro de Cristo. Roguemos al Señor.

  1. Por la Congregación Santo Domingo para que en el empeño misional sean acompañados del Espíritu del Señor y de su esposa la Virgen María fuente de toda Luz y Vaso Divino de la Gracia. Roguemos al Señor.


  1. Por nosotros, reunidos en torno al altar; para que seamos constructores del Reino de Dios según los dones que cada uno haya recibido. Roguemos al Señor.