miércoles, 27 de julio de 2011

LA CONVIVENCIA SOCIAL DESDE UNA EDUCACION PARA LA PAZ


El lugar central de la educación básica es la dinámica social.  La educación es además la herramienta privilegiada de reproducción social, es decir, del mantenimiento del orden social según la más antigua tradición cultural. La educación no puede desarrollarse ni comprenderse al margen de su contexto.  La escuela, y la educación que en ella se brinda constituyen un ámbito de intervención fundamental, para generar conciencia social. En este sentido Morín (1999) supone que  la misión espiritual de la educación es enseñar a comprender al ser humano, y luchar por una ética de la comprensión humana, para lograr una paz planetaria.
En atención a lo planteado educar para vivir juntos, preparar para convivir, además de constituir una finalidad esencial de la educación, representa uno de los principales retos para el sistema educativo actual. Son muchas las razones que hacen que un aporte teórico axiológico para la convivencia social desde una educación para la paz en el contexto de la educación básica venezolana se considere una reflexión para el repensar del acto educativo en miras a la construcción de una sociedad más democrática, más solidaria, más cohesionada y más pacífica.
El informe  a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI plantea la ampliación de los objetivos educativos más allá del estricto campo del conocimiento y, más concretamente, señala la necesidad de que los educandos  aprendan en la escuela a convivir, conociendo mejor a los demás y creando un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes y la solución pacífica e inteligente de los conflictos.
Desde esta perspectiva la convivencia social del ciudadano está determinada por su interrelación con los demás integrantes de su comunidad, con la finalidad de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la toma de conciencia de sus acciones en la búsqueda de intereses comunes y de su compromiso social, mediante el cumplimiento de sus responsabilidades en la vida colectiva del grupo, para lograr el bienestar común, dentro de un clima de relaciones humanas, un marco axiológico de formación de valores y un ambiente de convivencia social y ciudadana.
Tomando en consideración las referencias anteriores, los fundamentos teleológicos del presente aporte teórico se orientan a repensar la convivencia social como experiencia humana, concebida de manera desestructurada y compleja, resignificando socialmente los valores existenciales que definen la relación ontológica entre  escuela y comunidad, estimando la educación para la paz, como un paradigma para generar una condición teórica, que impulse la convivencia en el contexto de una sociedad en permanente cambio, que se figura y se transfigura, de manera tal que esta comprensión, permita orientar a los procesos de desarrollo de la sociedades desde el ámbito educativo, reticulando al saber pedagógico, filosófico, psicológico y sociológico desde la teoría de los valores existenciales,  integrando los nuevos ejes, teorías e intencionalidad del  aporte teórico.