sábado, 30 de julio de 2011

LOS VALORES PARA LA COMPATIBILIDAD DEL MANEJO RELACIONAL EN LA CONVIVENCIA SOCIAL.



La construcción teórica de la convivencia social desde la educación para la paz tiene su fundamentación activa en la teoría de los valores de Sheler, cuando los concibe descubiertos mediante la experiencia fenomenológica, que es a priori, porque no se conocen por la experiencia sensible: se sustraen por inducción.
 Los valores son dados igual que las demás esencias, mediante una intuición inmediata y evidente, por la experiencia. Los valores no pertenecen al dominio de lo pensado, ni son captados por una intuición racional, sino que la experiencia de los valores se tiene por un acto especial llamado “percepción afectiva” de los mismos, que sería el sentimiento. Los valores sólo son dados en una percepción afectiva absoluta, que es un sentimiento puro que capta la esencia a priori. A esta percepción de los valores por la vía del sentimiento se la conoce como “intuición emocional de las esencias”.
Claramente, se puede observar la relevancia actual de este tema, que en el tiempo está tan de moda. Hoy muchos afirman que “se están perdiendo los valores”, lo que demuestra la preocupación de una gran parte de la sociedad porque cada persona tenga y respete una escala de valores adecuada. Continuamente se oye dialogar sobre el tema de los valores, ya que se han establecido argumento que toca en cierto modo el problema de los valores, posiblemente es un tema, que no solamente tiene relevancia actual, sino que es un problema que se arrastra a lo largo de la historia de la humanidad.
Con esta “teoría de los valores¨ según Scheler, se infiere que los valores cambian con la historia, lo que parece cierto, y según la historia, este tiempo, transcurren. Los valores que la mayoría de la sociedad tiene cambian, no siempre siguiendo el gusto de todos.

miércoles, 27 de julio de 2011

LA CONVIVENCIA SOCIAL DESDE UNA EDUCACION PARA LA PAZ


El lugar central de la educación básica es la dinámica social.  La educación es además la herramienta privilegiada de reproducción social, es decir, del mantenimiento del orden social según la más antigua tradición cultural. La educación no puede desarrollarse ni comprenderse al margen de su contexto.  La escuela, y la educación que en ella se brinda constituyen un ámbito de intervención fundamental, para generar conciencia social. En este sentido Morín (1999) supone que  la misión espiritual de la educación es enseñar a comprender al ser humano, y luchar por una ética de la comprensión humana, para lograr una paz planetaria.
En atención a lo planteado educar para vivir juntos, preparar para convivir, además de constituir una finalidad esencial de la educación, representa uno de los principales retos para el sistema educativo actual. Son muchas las razones que hacen que un aporte teórico axiológico para la convivencia social desde una educación para la paz en el contexto de la educación básica venezolana se considere una reflexión para el repensar del acto educativo en miras a la construcción de una sociedad más democrática, más solidaria, más cohesionada y más pacífica.
El informe  a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI plantea la ampliación de los objetivos educativos más allá del estricto campo del conocimiento y, más concretamente, señala la necesidad de que los educandos  aprendan en la escuela a convivir, conociendo mejor a los demás y creando un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes y la solución pacífica e inteligente de los conflictos.
Desde esta perspectiva la convivencia social del ciudadano está determinada por su interrelación con los demás integrantes de su comunidad, con la finalidad de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la toma de conciencia de sus acciones en la búsqueda de intereses comunes y de su compromiso social, mediante el cumplimiento de sus responsabilidades en la vida colectiva del grupo, para lograr el bienestar común, dentro de un clima de relaciones humanas, un marco axiológico de formación de valores y un ambiente de convivencia social y ciudadana.
Tomando en consideración las referencias anteriores, los fundamentos teleológicos del presente aporte teórico se orientan a repensar la convivencia social como experiencia humana, concebida de manera desestructurada y compleja, resignificando socialmente los valores existenciales que definen la relación ontológica entre  escuela y comunidad, estimando la educación para la paz, como un paradigma para generar una condición teórica, que impulse la convivencia en el contexto de una sociedad en permanente cambio, que se figura y se transfigura, de manera tal que esta comprensión, permita orientar a los procesos de desarrollo de la sociedades desde el ámbito educativo, reticulando al saber pedagógico, filosófico, psicológico y sociológico desde la teoría de los valores existenciales,  integrando los nuevos ejes, teorías e intencionalidad del  aporte teórico.