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La Prof. Antonietta animando los cantos de la Misa con los Niños de Infancia Misionera. |
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Padres de familia Asamblea de la Misa |
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San José es ejemplo de paternidad y de servicio fiel y sabio
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Momentos en que leían la Primera Lectura |
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Momentos del Salmo Responsorial |
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Momentos del Evangelio |
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En la Homilía del Padre Marcos |
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Padres atentos a la homilía |
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Momento de la Oración de los Fieles |
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Consagración |
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Hermos gestos de uno de los estudiantes en representación del alumnado para los Padres |
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En honor a los Padres |
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Presentación de la Gimnasia |
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Compartiendo un cafecito con los papás |
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Con dos de sus princesas: una a pocas semanas de egresar de Educación Inicial y la otra terminando el Bachillerato. Orgullo de un Papá |
* La educación es la suprema contribución al futuro de la humanidad puesto que tiene que contribuir a prevenir la violencia, la intolerancia, la pobreza, el egoísmo y la ignorancia. Apostamos a un proyecto de ser humano feliz realizado y para ello Padres y Maestros son piezas claves.
* Ante esta avalancha deseducadora, maestros y profesores nos sientimos solos y desorientados, impotentes para promover unos determinados valores que la sociedad no está dispuesta a practicar y que incluso considera inapropiados para triunfar en la vida. Pero nos reconforta el saber que los Padres que aman asus hijos le educan para la vida para ser felices no sólo para ser exitosos.
* Cuando los niños van creciendo, los papás suelen decir ilusionados: “tengo un hijo que pronto va a ir a la escuela”. Ignoran que el niño o niña está en la escuela más importante incluso mucho antes de nacer. Hoy sabemos que si un niño siente en el seno de su madre que es esperado con alegría y entusiasmo y establece con sus padres buenas relaciones, estará en condiciones de un desarrollo psicológico sano. De ahí la importancia de establecer una comunicación positiva, alegre, con los hijos desde que se conoce el embarazo.
* Para llegar a ser auténticos padres, hacen falta tres cosas esenciales: Querer a los hijos, que los padres se quieran, y enseñar a los hijos a querer.
* De muy poco sirve decirles a los hijos o a los alumnos que se les quiere mucho, si ellos no se sienten queridos. Pero no olvidemos nunca que querer no es consentir ni sobreproteger, sino ayudarles a madurar, a salir del nido materno y emprender el vuelo de su libertad.
* Los padres deben aceptar a sus hijos como son, no como ellos querrían que fuesen. Aceptarlos con sus cualidades, pero también con sus fallos y limitaciones, ayudándolos siempre a superarse. Cada hijo es un ser maravilloso, un milagro entre milagros, infinitamente amado por Dios que lo creó por amor y para la felicidad y necesita de los padres para que logre alcanzar la felicidad.
* Amar a los hijos es perdonarlos siempre. No es posible amar sin perdonar. Quien no sabe perdonar, no sabe amar. El perdón es un acto de amor a sí mismo y al otro. Perdonar es la única forma de ser libre pues destruye las cadenas del rencor, la rabia, el enojo y el ansia de venganza que envilecen y consumen. Perdonar es sanar la herida y recuperar la paz interior. El perdón transforma el resentimiento en alegría, el odio en ternura. Si no perdonamos, seguimos encadenados al rencor y la tristeza. Al perdonar, en cierto modo, dejas de sufrir. Te libras del dolor y libras al otro de la culpa y de la capacidad de seguir haciendo daño.
* Para educar bien a los hijos es fundamental que los padres se quieran. La mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es el recuerdo de unos padres unidos y que se quieren a pesar del tiempo y los problemas.
* Quien ama de verdad no sólo ayuda a ser mejor al otro, sino que se esfuerza cada día por ser más bueno para así poder ser un mejor regalo para la persona que ama. Más que regalar cosas, se regala él, regala lo mejor de sí mismo: su tiempo, su atención, su sonrisa, su escucha, su vida.
* Si por cualquier circunstancia, el matrimonio se rompió y los esposos tuvieron que separarse, no olviden nunca que los hijos necesitan de ambos padres, juntos o separados. Son los padres los que se separan, no los hijos. Lo que hace sufrir a los hijos no es tanto la separación, sino el desamor, la agresividad, el maltrato previos a la separación.
* La misión principal de los padres es educar el corazón de los hijos. De poco va a servir dejarles riquezas, estudios, carros, mansiones, si no se les ha educado el corazón. Corazón alegre, propositivo, optimista, que asume los problemas como retos a superar y se crece en las dificultades.
TIPS DEL LIBRO DEL DR. PEREZ ESCLARIN
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